viernes, 3 de abril de 2015

Una estrella brillará esta noche con más fuerza.

Hablemos de despedidas, 
de te echos de menos que se quedaron guardados por miedo a llamar y molestarte. 
De tu fuerza en ese cuerpo tan pequeño, de tus quejas por tonterías y tus dulces besos de despedida. De esa resistencia a las adversidades, de ser siempre la más bonita. 
De los rezos por pasar más tiempo juntas, de disfrutar como las que más los que teníamos. 
De esas conversaciones largas, por esa complicidad aun estando en la distancia. 
De la magia de tu sonrisa y del temblor de alegría de tu pecho al acercarnos.

Hoy has apagado tu luz, y has iniciado un viaje entre las estrellas a reencontrarte con aquellos que has echado tanto de menos, seguramente sonriendo como siempre. Riendo con los nuevos amigos y siendo feliz.


Porque siempre fuiste la heroína de cualquier historia, y aun habiendo luchado contra viento y marea te vas sin despedidas porque nunca te gustó vernos llorar. Dale un abrazo al abuelo de mi parte. Te quiero mucho, siempre abu.

jueves, 12 de marzo de 2015

No sé si te soñé o eran los pájaros que cantaban muy fuerte.



Recuerdo cuando tejías primaveras en mi pelo,
las margaritas decoraban nuestros pies
y el bosque era refugio nuestro.

Recuerdo cómo hiciste nuestro nido en el cedro,
cómo nos refugiamos en el calor de su copa
y cómo por las noches me erizabas el bello.

Recuerdo las caricias del sol al amanecer,
el murmullo de los pájaros a mi alrededor
o tu mirada que me impedía entristecer.

Recuerdo tus abrazos en mi verano
tus pupilas soñando al amanecer,
o esas caricias tuyas cuando me hacía daño.

Recuerdo cómo los días se volvían grises,
a veces se inundaban de arcoiris
otras simplemente, bañados en sol.

Recuerdo tus dedos, los nudos en mi pelo,
los ronroneos del río de fondo
mis ganas a rendimiento pleno.

Recuerdo el poder de tu sonrisa,
la frescura con la que tus pies acariciaban el monte
o esa forma tuya de hacerme sentir menos lista.

Recuerdo cómo bailábamos en los árboles,
el arrullo de las mariposas al vernos pasar
y cómo los animales corrían a nuestro encuentro.

Recuerdo cómo llegaste,
cómo te fuiste,
cómo regresaste.

Y en las noches oscuras en las que no me abrazas me da por pensar,
ya que, no sé si te soñé o eran los pájaros que cantaban muy fuerte.

lunes, 2 de febrero de 2015

A veces.



Sales de mi pecho como las margaritas en el campo,
y te miro sonriendo, 
y me miras bostezando.

Te meces con el viento
me calmas sin esfuerzo
y dejamos que las mariposas del recuerdo revoloteen por toda la habitación.

Tu voz se entrecorta
mi pulso se dispara
pero nos quedamos quietos, como si nada.

Revuelves tus papeles
yo abrocho las ganas
y nos perdemos entre la gente como el humo de las casas que se apagan para siempre.

martes, 18 de noviembre de 2014

¡Feliz Noviembre! Para ti.

Tú, 
¡Feliz Noviembre!
Baja un rato de tus tejados
y déjame las orejas morderte.

Baja a jugar con Peter y los niños
regalando años para no crecer más 
para poder volver a esa segunda estrella. 
De aquí a Nunca Jamás.

Baja a domesticar al lobo
que Caperucita nunca supo
y enséñale a caminar en las sombras
aullando a la luna desde los suburbios.

Tú,
que recorriste mil laberintos
esta vez tras tus sueños y no tras el tiempo,
sin importar que las sombras te siguieran
intentando pararte y dejarte dentro.

Tú, 
que te enamoraste de payasos locos,
de drogadictos reformados,
de un "Ey baby, I'm a Rocknrolla

Tú,
que preferiste calentadores en invierno,
ombligos al aire en verano,
botas de lluvia en otoño
y sonrisa, todo el año.

Tú,
que escribiste mil historias,
reescribiste otras tantas
 dejándolas en tu madriguera
con cuatro mil ventanas.

Tú, 
que soplaste a las velas de mi vida
cuando parecía que las olas me llevaban hacia abajo
y que aun hoy, me acurrucas noche y día.

Tú,
que me enseñaste a cambiar el cuento
a empezar por el final y ser felices ahora.
a descubrir que no está mal
no ser tan cuerdo.

Baja, gata, que quiero verte.
Porque si no bajas,
pienso trepar por las enredaderas de tu risa
para regalarte la luna, que esta noche
no hay prisa.


Otro año más, un día como hoy, vuelvo aquí para escribirte.
Esperando que sea un hábito que perdure, muchos años.
¡Feliz cumpleaños, preciosa!